¿Cómo gestionar equipos de trabajo?
Un equipo de trabajo deficientemente gestionado puede desestimar el talento de quienes lo conforman. Esto ocurre debido a las falencias y oportunidades de mejora que pueden detectarse en los diferentes liderazgos, ya que no logran potenciar las aptitudes de sus colaboradores.
Gestionar requiere técnicas de jerarquización. Una de las técnicas más conocidas es la Matriz de Einsenhower, cuya función es priorizar tareas y hacer más ligera la carga de trabajo.
Consiste en dividir las tareas en: urgente/importante, estas tareas deben realizarse inmediatamente. Son las que deben hacerse primero.
Luego tenemos las importantes/pero no urgentes, estas las puedes programar para más adelante o dedicarles menos tiempo, luego de completar las primeras. Les siguen las urgentes/pero no importantes, si eres líder, estas son las tareas que siempre debes delegar.
Por último, están las ni urgentes ni importantes, son tareas que debes eliminar y no realizar. Estas son tareas que te restan tiempo o te pueden llevar a procrastinar. Una vez que sabes ordenar tus tareas, se aproxima el siguiente reto: gestionar el talento humano, ¿quieres saber cómo? Continua leyendo y descúbrelo.
Técnicas para gestionar a tu equipo de trabajo
https://youtu.be/7uygpZkVHH0
Si el talento y el capital humano no se ven motivados, difícilmente se cumplan los objetivos. La labor de un líder requiere estrategia y estar abierto al intercambio comunicacional entre aquellos a su cargo.
Un buen líder se muestra accesible a su equipo, con actitud positiva y siempre motivando a aprender y a mejorar. Es fácil decirlo, pero la práctica es una historia diferente, sin embargo con estas técnicas podrás acercarte más a una buena gestión.
Motiva siempre a tu equipo
En su libro, “Usar el cerebro'', el Doctor Facundo Manes nos deja claro que el cerebro humano aprende mejor cuando obtiene una recompensa positiva.
Bajo este enunciado podemos entender la importancia de reconocer el buen trabajo de tu equipo de forma constante. Y es que el error más común está en siempre recalcar los errores y muy pocas veces los aciertos en el alcance de los objetivos.
La motivación se alimenta mediante la actitud positiva, entender que los errores son humanos y es importante enseñar a nuestro equipo a aprender de ellos. La motivación también crece cuando frente a un error enseñamos a nuestro equipo a encontrar soluciones y no imponer sanciones.
Con esto queda claro que las recompensas y la motivación no se reflejan únicamente en un aumento de sueldo. La motivación en conclusión es una serie de refuerzos cognitivos.
Ofrece razones para querer ser parte de tu empresa
Debes pensar en tu empresa como un lugar en el que tus empleados desean estar. Ese lugar que no supone un dilema para dejar la cama un lunes.
Los beneficios que debes aportar a tu equipo abarcan más que el salario y deben tocar puntos como su estabilidad emocional y su salud física. Para ello es importante tener una cultura organizacional sólida, con valores enfocados en las personas.
Haz de tu empresa una escuela que aporte a la experiencia laboral y personal de tus empleados.
Por último, tu equipo de trabajo debe sentirse a gusto en las instalaciones donde se encuentra. Un espacio de trabajo limpio, ordenado y con equipos que faciliten la labor de tus colaboradores es más que importante. Si algo te podemos decir es que nunca subestimes el poder que tiene una buena silla de escritorio en la productividad de alguien.
Lidera con el ejemplo
Res Non Verba significa: hechos, no palabras. Un líder debe mostrar con su actitud y acciones las palabras que dice a otros. No podemos fomentar un ambiente de trabajo tolerante, cuando frente a los errores tenemos actitudes desafiantes o déspotas.
Un líder debe ser la personificación de los valores de la empresa.
Considera las necesidades de tus empleados
Es imperativo estar siempre disponible para escuchar a las personas. Esto te permite crear un ambiente donde el feedback es moneda corriente. Al escucharlos, podrás saber también en qué punto radican tus oportunidades de mejora en cuanto a la gestión.
Algunas de las técnicas que puedes usar son las encuestas y las reuniones grupales o 1 a 1. Mediante ellas, podrás obtener información necesaria para cambiar desde las estrategias de gestión hasta los planes y sistemas de comunicación.
Usa herramientas que faciliten las labores
Algunos proyectos no se desarrollan de manera eficiente porque los empleados cuentan con herramientas desactualizadas que sólo imposibilitan cumplir a tiempo las tareas.
Para dar solución a estas situaciones, muchas empresas automatizan ciertos procesos cuando dan el salto hacia la transformación digital.
Identifica las actividades repetitivas y manuales que estén restando tiempo. Una vez que las tengas en vista, procede a implementar sistemas digitales que las automaticen.
Mantén a tu equipo en constante aprendizaje
Orienta tu gestión a proporcionar cursos, talleres y webinars para que tu equipo tenga la oportunidad de capacitarse. Los mejores talentos se interesan por empresas que fomenten su desarrollo profesional e intelectual.
Es necesario también que como líder estés abierto al cambio. En este punto de constante aprendizaje convergen tanto el liderar con el ejemplo como escuchar las necesidades de tus empleados.
Participa con ellos en las jornadas educativas y escúchalos cuando se acerquen con ideas innovadoras, éstas pueden ser muy enriquecedoras para la compañía.
Establece objetivos claros, medibles y alcanzables.
Es importante comunicar exactamente el rumbo de nuestros proyectos. Establece objetivos a largo plazo y objetivos a corto plazo. Los objetivos a corto plazo deben alimentar siempre tu objetivo principal.
Los objetivos cortos deben ser flexibles, si no se obtienen los resultados esperados, deben analizarse y de ser necesario, modificarse. También, debes poder medirlos para saber si funcionan, así que te sugerimos que analices los KPIs, Key Performance Indicator, cuyo significado en español es “Indicador Clave de Desempeño” para poder identificar las debilidades y fortalezas de las actividades y gestiones.
Analicemos el siguiente ejemplo: si tu objetivo es alcanzar las 50 ventas, debes establecer un mínimo de ventas diarias para llegar a la meta. A eso súmale el factor: tiempo, ¿en cuánto tiempo pretendes alcanzar tu objetivo?. Determina esta variable según los resultados de la gestión anterior.
Si durante el proceso observas acciones que no contribuyen o impiden el cumplimiento del objetivo, revísalas y actualiza el plan de acción.
Mantén una comunicación fluida con tu equipo
La ausencia de comunicación puede derribar cualquier estrategia, por lo tanto te sugerimos que fomentes la utilización de los canales y herramientas de comunicación disponibles. Es importante crear códigos de conducta donde dejemos claro que todo lo realizado debe quedar registrado.
El equipo debe comprometerse a informar sus actividades y sus resultados, así como también sus dudas y consultas. Solo de esta forma podremos resolver fallas a tiempo y también descubrir si avanzamos hacia los objetivos de forma correcta.
Para ello, deben contar con herramientas de comunicación que permitan crear un flujo de entendimiento e información constante. Deben ser accesibles y fáciles de usar.
Monitorea la satisfacción de tus empleados
Establece un periodo de tiempo para monitorear cómo se sienten tus empleados respecto a la empresa y la gestión. Esto se logra si hacemos buen uso del punto anterior: la comunicación.
La mejor forma de entender qué siente y piensa un colaborador respecto a la empresa es preguntarle directamente, pero además, debemos ofrecer una solución a lo que nos plantean.
Una buena práctica que puedes implementar cada vez que te digan que están satisfechos, siempre pregunta: ¿en qué crees que podemos mejorar?.
Conclusiones
La ineficiencia de un equipo de trabajo puede deberse a falencias de la gestión de su líder. Podemos pensar en los equipos como el engranaje de un reloj, cada pieza debe estar en su sitio y debe funcionar a la perfección, caso contrario, todo el sistema se verá afectado.
Afortunadamente, existen técnicas claras y fáciles de aplicar para que el liderazgo se lleve a cabo de manera eficiente y todas están relacionadas con la comunicación, el ejemplo y la motivación.